7 de febrero de 2014

CAPÍTULO 50: EL SUPERSTAR (Parte 2/2)

No parecía tener mucha experiencia chupando, lo hacía brusco y me clavaba los dientes de cuando en cuando por el ansia con el que lo hacía, así que le agarré de la cabeza y le dije que lo hiciera más despacio y usando más la lengua:

-      Se nota que no me he comido muchas, ¿no? ¿No te gusta? – preguntó.

Le sonreí, le cogí de la cabeza y le forcé a que la siguiera chupando con el ritmo que yo marcaba. La cosa mejoró, no era una maravilla, pero el morbo de tener a un famosillo mamándome el rabo hizo el resto. Mientras me la seguía chupando, me cogió del culo con ambas manos y la cosa entonces mejoró mucho más. Al poco tiempo le quité el caramelito de la boca y le dije que se la quería chupar yo ahora. Puso reparos, incluso se negó, pero al final acabó cediendo. Una polla muy normal, unos 15 cm, de lo más estándar, circuncidada, totalmente aseada y con sabor a gel de baño reciente. Le relamí el rabo y los huevos con mimo, con tacto, saboreando cada centímetro de su polla, lo que provocaba que el actorcillo no pudiera mantener los ojos abiertos del placer:

-      ¿Me puedo correr en tu boca y te lo tragas? – preguntó.
-      No tío, vamos a hacer otra cosa – dije.

Me puse de pie y dado que el era más bajito que yo, flexioné las rodillas, junté nuestras pollas y le dije que las pajeara. Aquello pareció gustarle, estar polla con polla,tardó poco en correrse en mi rabo, una lefada también normalita, líquida y poco abundante.

-      Hazte una paja y córrete en mi pecho – pidió mientras se agachaba.

Y así lo hice. Recogió toda mi leche de su pecho y se comió parte, la otra parte la limpiamos con un clínex. Entonces ocurrió una situación que me recordó a las primeras veces con Santi: la típica historia de yo no soy maricón, no me van los besos, sólo necesito descargar, tío discreción por favor… Y demás bla bla bla. Así que ni corto ni perezoso, le agarré de la cabeza y le metí la lengua hasta la garganta prolongando el beso durante unos cuantos segundos. No me rechazó. Se quedó como sorprendido y me invitó a su hotel, que estaba en Alicante ciudad. Al montar en su coche, me dio gafas de sol y gorra. No pregunté. Me las puse. Puso la radio y estuvimos en silencio hasta que entramos en la habitación del hotel, que era bastante normalito salvo por el jacuzzi.

Era una habitación espaciosa, bien decorada, fina, pero no recargada y lo más importante: con jacuzzi. Me estuvo contando que había venido a pasar unos días y coger ideas para un rodaje, ya que en la serie “en la que estoy” un personaje se había marchado a Alicante. Yo no pregunté, por prudencia, le dejé hablar mientras llenaba el jacuzzi, me desnudaba, me sobaba de  nuevo el pecho y el culo y nos metíamos allí, con el agua calentita. Tenía ganas de charla y yo de que me follara. Así que mientras hablaba y yo escuchaba le cogía la mano y la guiaba hacia mi hambriento culo, forzándole a meter un dedo y después dos, que los estuvo sacando y metiendo un rato. Pude ver cómo se empalmaba de nuevo, pero me dijo que si quería me pajeaba y me metía los dedos, pero que no estaba preparado para follarme. No entendí nada, pero lo respeté. Según él, sólo follaba con tías y sólo daba por el culo a tías.
Salimos del jacuzzi, nos secamos y me dio un masaje tumbado yo boca abajo en la cama. Le daba morbo sobarme. Me di cuenta de que aquel día no iba a pasar nada más:

-      Oye, ¿para qué me has traído aquí? ¿Para darme un masaje? Que yo encantado, pero… - dije.
-      No tengo muchas oportunidades de hacer esto tío… dame tiempo y otro día te follo… - respondió- déjame que te masajee la polla y te vuelves a correr para mi…

Le tumbé al lado mía, me le quedé mirando a los ojos y le tarareé la cancioncilla de la serie. Se sorprendió bastante y empezó a implorarme que no contara nada, para empezar a amenazarme con acciones legales si iba a alguna revista o medio. Todo muy surrealista. Un cambio de actitud bestial.

-      Te reconocí desde que saliste del coche, pero tranquilo, que tienes mi total discreción, prefiero repetir contigo mil veces antes que delatarte públicamente, lo que no me llevaría a ningún sitio.

Se calmó, respiró varias veces, miró al techo y me besó. Nos levantamos y nos vestimos, bueno, si vestir puede considerarse ponerse un bañador y la camiseta azul que llevaba.

-      Cómo te queda ese bañador, tío – dijo.

Le sonreí, le tumbé en la cama y le empecé a hacer cosquillas mientras mi polla se clavaba contra su culo. Fue un momento de risas y de morbo. Le dije que ganaba bastante al natural. Pero no pasó nada más que un rato de buen rollo en medio de una inesperada complicidad que había surgido. Me dejó que nos hiciéramos unas cuantas fotos, de repente confiaba mucho en mi o se estaba dejando llevar. Me llevó en coche devuelta a la pinada, me sobó los brazos, el pecho y los muslos en medio de una especie de gemido y mirada de deseo y se quedó con mi número.

Era más jovencito que yo y su experiencia con otros hombres existía, pero no era muy abundante. No es que fuera muy seguido por los medios, que va, ya os digo que no era muy conocido, pero iba de cuando en cuando a la caseta por la dirección que le ofrecía con respecto a otros sitios de cruising. Se limitaba a este tipo de sexo, ya que buena parte de su éxito venía por gustarle a las niñas, que llevaban sus fotos en la carpeta y mientras eso le diera de comer, no iba a renunciar a ello.

Como me había quedado con ciertas ganas, me di una vuelta a ver si veía al cuarentón que me había entrado en la caseta y que se follaba con ganas al gordito de 30, pero no hubo suerte. Donde habían estado pude ver el condón relleno de leche tirado en el suelo (por cierto, qué guarros somos en esto del cruising…). Así que me marché a casa dándole vueltas a todo lo que había pasado esa tarde.

Volví a ver al famosillo en Madrid, aunque el no era de Madrid, en otra sesión de sexo que ya os contaré cuando toque. Dani y Sergio se enteraron bastante después, claro que, hasta que no vieron las fotos no se lo creyeron mucho. 

4 comentarios:

  1. joder Mark, tú no estás bueno, estás muy bueno!! No me imaginaba que fueras tan fuerte..

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  2. al final fui a madrid y no quedamos ni para una cocacola, jejje vivo no lejos de alicante, si que molaria si bajas avisar, no creo que atreva a ir a la pinada, q con todas las descripciones q cuenta sya me la imagino casi al dedillo jaja xo si una birra :P

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    1. Pues mira ya te digo que en abril estaré por allí seguro, tengo que visitar la caseta para contaros más historias :P

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  3. La curiosidad que fuera famosillo, que te llevara al hotel, que no hubiera mucho más sexo y la inexperiencia, miedos y demás pajas mentales que se había el chaval (que aún a pesar que hayas dado pistas ignoro quien es, pero no importa) hizo que sin ser una experiencia fuerte o muy sexual, al final fuera una agradable que recordar, que a veces, es lo que importa.

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