27 de febrero de 2014

CAPÍTULO 55: EL EJECUTIVO



Mentiría como un bellaco si digo que nunca me han atraído este tipo de chicos: con traje y corbata. Más de una vez había tenido mis momentos de soledad viendo vídeos de Men At Play que suelen tener esta temática entre otras. Y esto viene a cuento de contaros una de esas pocas veces en las que he tenido suerte con Grindr

Al despertarme ese día tenías varias ventanas abiertas en la aplicación, sólo con uno de ellos pude mantener una conversación decente, más allá del típico “¿qué buscas?”. El chico cumplía todo lo que me pone cachondo: masculino, fibrado, moreno, casado, decidido y, en otro orden de cosas, activo exclusivamente. 40 tacos. Me dejó claro desde el principio que no le molaba ser recíproco, sólo si surgía, no por obligación. No tuve problema. Me van ese tipo de hombres que se dejan hacer. Me mandó foto de torso, vestido de traje, piernas y culo. Muy apetecible todo. La cara sólo en persona. No me importó.

Como esos días estaba solo en casa, estaba claro que tenía que ser en mi lugar, en un día y una hora determinados: cuando el saliera de currar y sin entretenerse mucho. Nos intercambiamos números, hablamos y le di mis señas. Vendría esa misma tarde. ¿Realmente lo haría? Por si acaso me preparé con una buena ducha, me puse unos calzoncillos suspensorios y esperé. Exactamente a la hora indicada aparcaba un coche debajo de mi piso y a los pocos segundos sonaba el telefonillo. ¿Será un coco? ¿Por eso no manda foto? Tardó poco en subir las escaleras, llamó al timbre y le recibí sólo con los suspensorios puestos. Venía con un traje negro bastante apretado, camisa blanca y corbata. Muy buena planta. Le estreché la mano y le invité al pasar. Al darme la vuelta, ¡zas!, cachetazo en el culo. Estaba claro que no quería perder el tiempo. Era majete, no súper guapo, pero sí, daba la talla para lo que yo solía buscar: sonrisa bonita, pelo rapado al 2, facciones duras y moreno. Le ofrecí agua, bebió y para no perder el tiempo, le llevé a mi habitación, me tumbé en la cama y me abrí de piernas para dejarle ver mis huevos y mi culo. Suspiró con fuerza y entendí que le gustaba lo que veía. Se quitó los zapatos y pantalones y empezó a trabajarme en culo sin prisa pero sin pausa. Estaba experimentado, eso se notaba. Se escupía en los dedos con frecuencia y los volvía a meter con cierta rudeza y decisión, tres de sus dedos fue lo que aguanté. Miré hacia atrás y le vi completamente empalmado, sacó su polla, de unos 16 centímetros y tirando a gruesa, se puso un condón y, ahora sí, con delicadeza me la empezó a meter.


Apenas había conversación. Su móvil había vibrado un par de veces. Empezó a follarme con mucha suavidad, muy poco a poco, meter, sacar… Despacio. Su polla se puso completamente dura y ahí fue cuando aceleró el ritmo para follarme el resto del tiempo con más fuerza y brusquedad. El sonido de su cuerpo chocando contra mi culo, con sus manos en mi cintura, le ponía muy cachondo. Y su forma de follar, con tanta determinación y seguridad, me ponía a mi. Tanto que empecé a pajearme:

-      Eso déjamelo a mí luego… - dijo en una de las pocas ocasiones que habló.

Aceleró más el ritmo y empezó a gemir:

-      ¿Quieres que me corra dentro o prefieres otro sitio? – preguntó.
-      Dentro – dije, sabiendo que este tipo de hombres es lo que buscan.

Pegó un gemido más alto de lo normal, 4 o 5 embestidas bruscas y terminó. La sacó de mi culo mientras yo me ponía boca arriba y me quitaba los suspensorios. Había dejado el condón lleno de leche. Me preguntó dónde estaba el baño y me dijo que me la mantuviera dura… Mientras salía de la habitación me fijé en el culazo que tenía, qué pena no habérmelo podido follar…


Al volver, le estaba esperando con las piernas abiertas y la polla dura. Se acercó, me metió un par de dedos envueltos en restos de jabón, los dejó dentro y con la otra mano me pajeó con fuerza hasta que me corrí salpicándome todo el pecho. Había disfrutado como un enano, la verdad. Así que le acompañé al baño, nos aseamos y el se vistió mirando al reloj con cara de preocupación.

-      Me ha gustado tío, tienes una delicia de culo y estás macizote, me gustaría repetir – dijo.
-      Cuando quieras, pero me tienes que dejar enseñarte más cosas – dije, mientras le acompañaba a la puerta.

Nos estrechamos la mano de nuevo y se marchó. Rápido, con decisión. Una cosa había complementado a la otra.

4 comentarios:

  1. wooow!!! culazo!!!! Y por lo que parece ¿lo grabaste en video?
    Qué morbo, pq no lo editas sin que se vea vuestras caras -igual que en las fotos- y lo enseñas también? Anda que no fliparíamos

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  2. Hola :
    Yo doy mi opinión nada mas. Lo que a mi me gusta es que me lo cuenten por escrito, ahí me reflipo y si se me moja la cabezona mejor, El ideal es que alguna vez leyendo me pueda hacer unas pajotas de aquellas.
    Saludos
    Osvaldo

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  3. Curiosamente de toda la descripción del macho que te folló, lo que menos me atrae es la pinta de ejecutivo. Al menos a priori. Eso no quiere decir que a un chasquido de sus dedos acabe de rodillas lamiendole los pies, jajajaja... Pero bueno, lo que quería decir que no es la estética que más morbo me dé.
    Pero como siempre digo, y reafirmo, es que lo más importante es la actitud, y esa, del machote en cuestión me encanta.
    Dáme su teléfono, que me lo pido un rato, jejejeje ;-)
    Curiosidad: Las fotos que publicas son tuyas de la sesión ?

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  4. Bueno, siento decepcionaros a todos, pero en esta ocasión las fotos son meramente ilustrativas, no somos nosotros. No tengo la costumbre de grabarme follando, como mucho alguna foto según la ocasión por llevarme el recuerdo... pero nada de vídeos.
    Perro, pues su teléfono lo tengo, hemos follado más veces, claro que desplazarse hasta tu tierra en media hora que es lo que suele tener, está complicado :P

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