16 de abril de 2016

CAPÍTULO 152: EL MACHORRO

Vaya por delante que lo de ligar utilizando aplicaciones basadas en la geolocalización para mi siempre ha sido un tema de lo más espinoso. ¿Por qué? Bueno, primordialmente porque considero que hay mucho calienta-pollas, gente indecisa, pajillero empedernido, gente con los estándares muy altos, falsificadores de perfiles, gilipollas y finalmente un número más bien justo de personas a quienes sí les gusta quedar sin dar tantísimas vueltas y tantos rodeos en conversaciones eternas que pueden durar horas. Por eso, últimamente mis aplicaciones de ligue por excelencia han pasado a ser una app más del móvil como pueda ser Instagram, que consulto de cuando en cuando por entretenerme un rato sin más aspiraciones. Por eso, también, me va el cruising: porque generalmente todo es más directo, te ves directamente y ya decides si pasar a la acción o seguir buscando. No hay rodeos interminables. Si nadie te gusta, te vas y a seguir con tu día. 

Sin embargo, hay ocasiones en las que doy con algún perfil que por alguna razón me llama la atención y decido hacer algún comentario jocoso o hablar para ver con qué me encuentro, la mayoría de veces, todo hay que decirlo, no me encuentro con nada bueno o que satisfaga mis necesidades. Esta vez iba a ser diferente. A los dos días posteriores al rechazo en la pinada del Rebollo, me encuentro en Grindr con un perfil que muestra a un chaval de unos 23-25 años apoyado en una piedra enorme, con un bonito paisaje detrás. El chaval lleva el pelo bastante cortito, rollo militar, es moreno de piel, luce una sonrisa impecable y desafiante, tiene la mandíbula marcada y una nuez resultona en su garganta, por cómo le queda la camiseta puedo darme cuenta de que tiene buenos brazos y ese cordón de oro que lleva al cuello me lo da todo. No se si estoy ante un perfil falso o no, pero decido leer lo que pone en su descripción:

Si estoy por el ambiente solo busco dar rabo y que me la coman bien, si me encuentras en otro tipo de sitios busco dar, recibir y todo lo que se tercie. Solo sexo entre machos.

El texto llama mi atención y me quedo contemplando la pantalla con una sonrisa un tanto incrédula y escéptica. ¿Qué tendrá que ver que estés o no por el ambiente para que te apetezca hacer una cosa u otra, sexualmente hablando? Y lo de solo sexo entre machos me hace gracia, ya que si bien soy una persona que no puede con la pluma para el sexo, es difícil encontrar tíos que realmente sean masculinos y varoniles; me refiero concretamente a estos tíos que escriben descripciones como esta, suelen del tipo que fingen ser algo que no son y tarde o temprano su verdadero 'yo' sale a la luz. Decido escribirle una broma para ver cómo reacciona. Al hacer estas cosas caben tres posibilidades: que te bloqueen directamente, que te respondan airadamente o que te respondan de buen rollo. 

Inesperadamente, cuando consulté la aplicación unos minutos después, vi que tenía un mensaje y que era suyo. Este tío era de los míos, contestaba con una mezcla de humor y firmeza que me gustaba, así que le seguí el rollo. Por su manera de escribir estaba claro que se trataba de un cani en toda regla, de un chaval de barrio. Así que ganado ese punto, faltaba por descubrir si realmente era el de la foto o no. Estuvimos de cháchara un buen rato, no era la típica conversación de besugos pesada de este tipo de apps, sino algo mucho más directo, como si hubiéramos congeniado inmediatamente. Por lo que me contaba, su padres acaban de comprar un piso de segunda mano por la zona, justo en la zona sur del pueblo, la más próxima a La Mata y él se había escapado esa semana para relajarse. Por supuesto, como buen cani, tenía un Seat León rojo y novia. Lo de la novia no me lo suelo creer por defecto, pero valga decir que en su caso era real. La conversación seguía fluidamente hasta que nos empezamos a picar el uno al otro al decirle que a ver si era verdad eso de que era tan macho, que muchos dicen lo mismo y luego les salen las alas en cuanto se confían. 

¿A qué no tienes huevos a quedar, machote?

Le escribí. Cuando tienes a un tío de estos delante, apelar a su hombría suele funcionar para dar el paso definitivo. Y funcionó.

¿A k no tiens cojones y viens a mi kely xra tomar 1birra?

No habíamos intercambiado ninguna foto, solo habíamos estado de conversación. Le pedí el teléfono y me lo dio sin problemas, así que al agregarle al Whatsapp pude ver en su foto de perfil que sí se trataba de él e imaginé que la chica con la que aparecía sería su novia. Además, su estado era el siguiente: "NiniiA nO SaBeS K m MuErO x Ti y nO AgUaNtO SiN Ti". Seguido de emoticonos de corazones de varios tipos, anillos y algunos más. Me arriesgué a quedar con él, porque total estaba a unos 10 minutos andando de mi casa y no tenía más que hacer. Y si no me molaba, pues tomábamos la cerveza y de buen rollo. Vivía en una zona del pueblo que siempre me ha gustado para pasear, pero no para vivir, porque al estar en la parte sur, si ibas fuera de temporada alta eso era como una zona abandonada, sin gente. Además, eran pisos bastante viejos, pero con buenas vistas, todo hay que decirlo. Cuando llegué al número que me había dicho vi su coche en la puerta, tuneado, con pegatinas, banderas de España y demás cosas típicas de cani. Era inconfundible, la verdad. Llamé al telefonillo y no contestó, directamente abrió el portal. Eran pisos de 4 o 5 plantas, no recuerdo bien, pero se que el suyo era el último de los que daban para el mar. No había ascensor y la luz del portal era más bien escasa, así que en ese momento me puse algo nervioso, pero bueno, ya estaba ahí. Eran 4 puertas por descansillo y cuando llegué al último piso ya me esperaba el chaval en la puerta con un cigarro en la boca. Iba con una camiseta de tirantes negra, de estas que suelen ser de interior y unos pantalones cortos de deporte, descalzo. Yo iba de manga corta y en vaqueros. Sí, era guapo a rabiar como en la foto y parecía estar bastante bueno. A la hora de saludarnos le estreché la mano y él me la estrechó de una forma que hacía años que nadie lo hacía. Cuando era adolescente y me encontraba con mis amigos de fiesta o por la calle, no te daban un apretón de manos normal, sino que hacías un juego de manos un tanto extraño, pero que una vez cogido el truco era fácil. Era muy de malotes y de barrio bajo, pero lo cierto es que el chaval se sorprendió de que supiera "responder" a ese tipo de saludo. Se medio sonrió y creo que le dio bastante confianza, por alguna extraña razón. Como si supiera que estaba ante uno de los suyos.

Me ofreció entrar al salón de aquella destartalada casa, bueno, en realidad era la típica casa antigua de verano: con muebles y decoración escasa, pero típica de muchos apartamentos de la zona. Se notaba que aún no habían tenido tiempo de personalizar aquello como quisieran. Me senté en un largo, pero estrecho, sofá de escay para cuatro personas, de esos en los que te quedas pegado con un poco de calor. El chaval, desde la cocina, me ofreció 'una birra', que acepté gustosamente. Al poco tiempo de llevar hablando con él detecté un marcado acento murciano, aunque por lo visto llevaba media vida viviendo en Madrid por causas familiares. Tenía una pequeña televisión de 14'' encendida con el volumen muy bajo, que casi actuaba más de acompañamiento que de otra cosa. No tardamos en acabar de hablando de fútbol y de coches, ya que el chaval era un auténtico apasionado de estos temas. Me dio consejos para tunear y personalizar mi coche y se ofreció, incluso, a hacerme esos trabajos sin coste, solo pagando los materiales. Se levantó a la cocina a llevar los botes de cerveza vacíos y coger otro par, pero cuando volvió al salón lo único que llevaba cogido con la mano era su paquete:

 ¿Sabes, nano? ¿Por qué no me la chupas un poco? dijo él.

Lo cierto es que la conversación fluía de tal manera que me había resultado complicado encontrar un momento para entrarle, así que bueno, interiormente agradecí que diera el paso porque el chaval tenía un morbo acojonante. Se colocó de pie delante de mi, con su paquete a la altura de mi cara y se bajó aquel pantalón corto de chándal por los tobillos. Era evidente, me di cuenta al entrar a la casa, que debajo de aquellos pantalones no llevaba ropa interior alguna. Así, ante mi boca hambrienta, apareció una polla morcillona gorda, circuncidada, morena como el resto del cuerpo, con el pelo recortado y descansando en dos buenos cojones, que pedía guerra. Antes de hacer nada le miré a la cara y, ante su sonrisa de complacencia, me metí su polla en la boca para saborearla bien. Hay una sensación que me excita bastante y es la de meterme una polla morcillona en la boca e ir notando cómo se pone dura hasta reventar con mis lametazos. Mientras me comía aquel rabo de 16cm que sabía a limpio, el chaval gemía ligeramente y se subía la camiseta para tocarse a sí mismo con la mano que no aguantaba mi cabeza para marcarme el ritmo. No me dejaba comerle la polla rápido, quería que todo fuera despacio y lento, pocos tíos así me he encontrado en mi vida. Y de hecho en el momento en que su rabo estaba duro como el acero me dijo, así como en una especie de susurro:

 Me mola correrme en la cara del tío que me la come, dejársela como un cuadro y que le chorreé mi leche.

No me dejó sacar su polla de mi boca, así que asentí como pude. Unos segundos después me la sacaba de la boca, me pedía que le mirara a la cara y con una paja suave recibí sus 3 chorros de leche en distintas partes de mi cara, acompañado de unos gemidos que más que de humano, parecían de animal. Me indicó donde estaba el baño y me lavé la cara, mientras que el se lavaba el rabo. Volví al sofá y el chaval vino con otro par de cervezas diciéndome que hacía siglos que un 'maromo' no se la comía tan bien. Seguimos con la conversación como si nada hubiera ocurrido cuando sonó su móvil y, ante mi sorpresa, respondió la llamada. Era la novia. No tuvo que decírmelo, sino que con el volumen al que tenía el altavoz me enteré de toda la conversación. No hice preguntas, pero si ya de por sí tenía unas ganas enormes de follar con él o volverle a comer el rabo, esto lo acrecentó. Se fue a la cocina de nuevo a tirar los otros dos botes ya terminados y cuando volvió lo hizo completamente desnudo. Pude recrearme mirando su cuerpo fuerte, con el vello recortado, su piernas trabajadas y su torso fibrado. Se puso en la otra parte del salón, lejos de la ventana, y se dirigió a mi:

 Venga tío, quítate la ropa y ven aquí que me apetece hacer más contigo, cabrón.

Sonreí, me levanté, me desnudé y me coloqué frente a él, ambos de pie, a unos centímetros de distancia, pudiendo oler ambos nuestras respiraciones. Empezó a sobarme el cuerpo, parte por parte y yo correspondí sobándole el suyo. Estaba mucho más duro de lo que parecía y eso, junto con sus tocamientos, me la puso dura:

 Te trillas en el gimnasio, cabrón dijo.
 Tu también te lo curras, ¿eh? respondí.
 Te gastas buen nabo también... dijo sin poder acabar la frase.

Entonces sus manos, que estaban entretenidas sobándome el culo mientras nuestras pollas duras se restregaban solas, pasaron a sobarme la polla y los huevos. Se escupió en la mano y siguió sobándome la polla, a la par que yo le magreaba el culo y la espalda fornida que tenía. Sentía un deseo irrefrenable de comerle la boca, pero con tíos como este nunca se sabe, así que no intenté nada por no fastidiar el momento. Tener su boca allí, a apenas 5 centímetros de la mía, sus ojos clavados en los míos, sus manos húmedas en mi polla y las mías en su culo, me hacía muy difícil controlarme y mis ojos se iban a su boca. Se dio cuenta y como un rayo, sin esperarlo, me empezó a comer la boca metiéndome la lengua de forma muy brusca. Nuestras lenguas se enrocaron y empezaron una batalla que me excitó muchísimo y a él también, puesto que en otro arrebato unos segundos después se puso de rodillas y empezó a hacerme una brusca mamada. Me sorprendió ver como era capaz de tragársela entera sin quejarse, mientras su mano izquierda recorría intermitentemente mi torso, mi culo y mis huevos. Como me la estaba mamando tan rápido, con tanta saliva, tan bien, unido al estado de excitación que ya tenía, le avisé de que me iba correr. Sin embargo, no paró, ni frenó. Siguió mamando al mismo ritmo y le repetí que me corría por si no me había oído, pero de nuevo no paró, sino que me introdujo en el agujero del culo la primera falange de su dedo índice, lo que provocó que me corriera en su boca abundantemente sin poder remediarlo. No se en ese momento quién gemía más: si yo al correrme lleno de sudor o él al saborear mi leche caliente. No sacó mi polla de su boca hasta que la tuve flácida y, para mi sorpresa, se había tragado la leche. Me tiré al sofá mientras él fue al baño a enjuagarse. Tardó un poco más de lo que esperaba y al volver me habló:

 No te rayes, ¿eh? Hacía al menos dos años que no tragaba leche, pero de un tío como tu merece la pena, no soy una puta cabra loca... 

No me pareció el momento de echarle ninguna regañina, a fin de cuentas los dos éramos ya lo suficientemente mayores para saber lo que hacíamos. Sacó una tercera cerveza que acepté y pasamos, allí en bolas, casi otra hora de charla fluida. Charla que se detuvo cuando le dio otro arrebato y volvió a comerme la boca de forma exagerada, colocándose encima de mí en aquel sofá, dominando la situación. No tardé en volver a tenerla dura y lo mismo le pasó a él, sintiendo su cuerpo caliente y duro encima del mío, con sus piernas forzando a las mías a abrirse. Se escupió abundantemente en la mano derecha y buscó mi culo, mientras yo le comía el cuello. Empezó a meterme los dedos siendo un poco brusco y le dije que en mi bandolera, que estaba en la silla de al lado, había lubricante del bueno y condones. Se quitó de encima de mí, bajó y poniendo mis piernas por encima de él empezó a lubricarme el culo y a hacerme dedos hasta que consiguió meterme tres a la vez sin que sintiera demasiado dolor. De cuando en cuando, paraba la tarea para chuparme los huevos o mamarme la polla suavemente. No se cuánto tiempo hacía que no quedaba con un tío para tener sexo, pero que este tío estaba necesitado era evidente. O eso o era una máquina sexual como pocas he conocido. Me dijo que quería 'petarme' el culo, se puso el
condón, colocó mis piernas sobre sus hombros y me folló con suavidad al principio y dureza el resto del tiempo. En esta ocasión no me miraba a los ojos como con la mamada, sino que prefería mirar a cómo su polla entraba y salía de mi culo o cómo mi polla dura se meneaba con sus embestidas. A los pocos minutos de estarme follando duro, cogió mi polla para pajearla y empezó a gemir. A mi no me quedaba mucho para correrme por segunda vez, se lo avisé, y me pajeó más rápido pausando la follada. Cuando empecé a correrme se puso como loco, aceleró y dando embestidas un poco así como a destiempo, como un tren descarrilando, se corrió en mi culo (dentro de la gomita) y cayó rendido y sudado encima de mi. Allí tumbado, sacó su polla de mi culo, se quitó el condón, le hizo un nudo y lo tiró al suelo. 

 No sabes, chaval, el tiempo que hacía que no follaba con un tío de verdad... dijo.
 ¿Ah, sí? dije, haciéndome el interesante, allí debajo de su sudado cuerpo.
— Normalmente los 'maricas' me la quieren chupar y poco más, o cuando se corren con una mamada ya no pueden más... Panda de flojos, joder. 

No dije nada porque precisamente yo solía ser de los que tras correrme una vez necesitaba más que una hora escasa para volver a estar en forma, pero como siempre, todo depende del tío, del morbo y de la situación. Y si por mí hubiera sido, me hubiera dejado follar una segunda vez aquella misma tarde. Me ofreció una ducha y nos la dimos juntos, pero sin morbo alguno, lo que es ducharse sin más. Hubo una cuarta cerveza y acabamos pidiendo unas pizzas y cenando allí. Aparte del buen sexo y la química evidente que había surgido entre nosotros, había una conexión que nos permitía tener una charla casi interminable. 

 Una pena que pasado mañana llegue mi piba, tío... me molaría verte más dijo, cuando me iba a ir. 
 Bueno, tío, tienes mi número... Si te apetece aquí o en Madrid, solo tienes que escribir, ¿va?

Y me despidió en la misma puerta donde me había recibido con el mismo tipo de saludo, que en realidad, fue lo que me abrió las puertas a aquella tarde de sexo que me había dejado exhausto y con tembladera en las piernas.

28 comentarios:

  1. Hola Marcos. Mega morbosoooo!!! Mi sueño. Jjajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Jesús! Pues ya sabes, como digo siempre, los sueños están para cumplirlos. Hay que proponérselo. Un saludo ;)

      Eliminar
  2. Me ha gustado. 2 corridas en una tarde, ¡uf! Soy también de los que le costaría poder correrse una segunda vez en tan poco tiempo.

    Gracias, Marcos xDD. ¡¡Buen fin de semana!!



    James

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar James. Ya digo y admito que a mi es algo que me cuesta, sin embargo en ocasiones como esta la testosterona se apodera de mi y me deja correrme una segunda vez ;)

      Eliminar
  3. Pues me pasa un poco como al chaval porque como soy multiorgásmico me suelo correr una media de tres veces y la gente normalmente me deja a medias. De hecho cuando quedo con alguno ya ni le cuento antes mi "secreto" porque la gente de primeras flipa en colores y le da mucho morbo pero luego se cansan rápido...

    ¿Has repetido con éste?

    Abrazotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué curioso me parece lo de que seas multiorgásmico, Christian. Poca gente he conocido así, lo máximo dos veces, tres si somos generosos y dejamos tiempo de recuperación de por medio, pero poco más.
      Sí, hubo un segundo encuentro tiempo después. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Sin dudarlo una tarde redonda.
    Del tipo de tío que te gustan, con buen rollo, buena conversación y buen sexo reciproco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Absolutamente. Quizá lo mejor de este tío en comparación con otros que he conocido del estilo, es que este se preocupó porque yo también disfrutara. Además, es que ese día me apetecía disfrutar, ya me entiendes :P

      Eliminar
  5. Este tiene que estar en un Top 10 de relatos Marcos. ¡Qué morbazo y cómo te lo pasas! me alegro mucho.
    Y creo que compartimos un fetiche, el tema de las cadenas o cordones de oro/plata. A mí me ponen burrísimo también, pero a mi cuando la lleva el cuarentón cachas de barrio. Qué le vamos a hacer, no me ponen jóvenes ni aunque me lo proponga...quizás me podías presentar al padre de este chaval jaja. Besos cuídate.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Carlos! Lo de presentarte al padre anda un poco complicado, pero quien sabe jeje. Aunque también te confieso que un cuarentón del estilo podría ponerme bastante.

      Eliminar
  6. Jolines, esto de que un chulángano machote me siente en un sofá, me invite a una cerveza y luego me diga agarrándose el paquete eso de "oye majete ¿porqué no me la chupas un poco?" solo sucede en mis más tórridos sueños sexuales y casi siempre me suelo despertar antes de que se abra la bragueta.
    ¡Que sana envidia me das!A este le pondrías en nómina para repetir más veces, ¡digo yo! porque se nota que además del buen sexo tuvisteis muy buena conexión.
    Abrazos y ¡buena semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Digamos que fue su forma de romper el hielo porque, vale, sí, estábamos hablando con muy buen rollo, pero a fin de cuentas habíamos quedado para lo que habíamos quedado después de estar zorreando por el Grindr, así que incuso se lo agradecí. Si por mi hubiera sido habría repetido cuarenta veces con él, pero lo cierto es que el segundo encuentro tardó más de lo previsto en llegar. ¡Gracias por pasarte!

      Eliminar
  7. Uff! éste es de los míos.. sin sofisticaciones ni pamplinas, claro, directo y buen follador. No se puede pedir más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, conociéndote poco a poco, Javi, creo que este tío te hubiera gustado y hubieras disfrutado con él igual o más de lo que hice yo ;)

      Eliminar
  8. Este comentario : Normalmente los 'maricas' me la quieren chupar y poco más, o cuando se corren con una mamada ya no pueden más... Panda de flojos, joder.
    Me da asco de un tio que come pollas y folla con tios.
    Totalmente despectivo y denigrante-

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En cierta medida puedo llegar a coincidir contigo en que pueda resultar ofensivo, pero preferí dejar la frase exactamente igual a como él la pronunció. Sin embargo, creo que puede sonar al leerlo más despectivo de lo que pareció, él no tuvo en ningún momento tintes homófobos, sólo fue una opinión expresada de la forma en la que él solía expresarse para todo lo demás. ¡Gracias por comentar!

      Eliminar
  9. Yo también digo que este es de los míos. Bueno, y Marcos también es de los míos aunque le cueste correrse dos veces seguidas. Hahaha! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja... ¡qué le vamos a hacer! Hay que admitir las cosas y ser claros. ¡Gracias por comentar!

      Eliminar
  10. Me he leído entero el blog en un fin de semana y felicidades, has conseguido que haya expresado muchos sentimientos, además de recordar como pasé parte de mi juventud escribiendo un blog del que solo queda una triste copia de seguridad en mi Dropbox... Además de recordarme algunas experiencias de cruising que yo tuve donde estudié.

    Me alegra saber un nuevo blog que leer.

    Kojie

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras y bienvenido al blog. ¿Has podido leerte todo en un fin de semana? Bueno, eso significa que te ha gustado. Siéntete libre de comentar cuando quieras y déjame saber tus opiniones al respecto. Por otra parte, me da curiosidad saber qué vivencias contabas en tu blog.
      ¡Nos leemos! Un saludo.

      Eliminar
    2. Te puedo decirlo sin problemas. Era un diario de adolescente. De hechos, en los años que lo hice (2008-2011) se llevaba eso mucho, habia mucha gente que se lanzo a mantener un blog asi. La verdad es que dure mucho porque soy muy incostante. Con algunos mantuve contacto, otros se perdieron. Pero hace un par de años hice copia de seguridad y borré. Era el fin más digno que le podia dar.

      Te comentaré sin problemas. Afortunadamente gozo de una alta capacidad lectora, aunque no haya prestado atencion a todos los detalles.

      Kojie

      Eliminar
  11. Vaya, otro multiorgásmico. Qué suerte tienen algunos.
    (y eso que a mi el rollo tan cani, macarra, mascachapas o poligonero siempre me ha echado para atrás cosa mala, pero bueno, en cuestión de gustos...)
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, como dices ahí están los gustos... A mi es un fetiche que desde bien joven me ha puesto, quizá porque mis primeras experiencias fueron con tíos de ese tipo, pero lo cierto es que pasan los años y me siguen poniendo bastante. Un saludo ;)

      Eliminar
  12. Marcos, por lo que veo te pone bastante follar con peña q esta casada con tia o tiene novia, no es así?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, que conste que no los elijo, ni los busco. Quiero decir, no voy por las apps o por los sitios de cruising preguntando si el tío con el que voy a follar tiene novia o está casado, pero digamos que responden a un perfil físico y de actitud que suele gustarme, sí, eso es cierto. Un saludo.

      Eliminar
  13. Hola marcos, yo veraneo por la zona, me gustaria que quedaramos, como podemos contactar?

    ResponderEliminar
  14. En la parte derecha del blog tienes un enlace para contactar conmigo por e-mail ;)

    ResponderEliminar